

La restauración del edificio ha permitido datar el origen de su construcción en el siglo XIII. A lo largo del tiempo, en la iglesia de San Nicolás se llevaron a cabo diferentes intervenciones arquitectónicas como: la ampliación en estilo gótico con bóvedas de crucería de mediados del siglo XV, la renacentista del siglo XVI en el coro y en la portada, la intervención barroca recubriendo con yeserías la nave y la ampliación del siglo XVIII construyéndose la actual portada, la cúpula y el ábside del presbiterio.